Hoy la tentación es tirar de máscaras. Esas de las que tanto abusé, hace ya unos cuantos años,
cuando pensaba que mostrar mi vulnerabilidad me hacía más débil (y la Vida me ha enseñado que todo lo contrario).
Hoy la tentación podría ser echar mano de esas perfectas caretas que ocultan mi verdadero rostro.
Quizás seria más fácil, o al menos menos expuesto, forzar un gesto y pretender engañar con mi mirada.
Pero no puedo. Ni quiero.
Porque soy fuerte, serena y valiente. Pero también soy sombra. Y soy pequeña, frágil y vulnerable.
Porque soy sonrisa, alegría y chisporroteo. Pero también soy egoísta, cutre y limitada.
Porque he sido bendecida por las presencias más verdaderas, las Amistades más auténticas,
los abrazos más sinceros, la Vida compartida… pero también estoy sola.
Y tengo la bendita maldita virtud de mostrar mi corazón. Que es mi rostro más auténtico. Que es lo que soy.
Desde donde cada lágrima nace a una sonrisa.
A cada momento de desazón, se me regala  un abrazo.
En cada instante de desconcierto y duda, me encuentro, un poco más, a mí misma.
No voy a  instalarme en el dolor ni la tristeza, pero tampoco puedo negarme este tiempo de mayor exigencia emocional y vital.
Hoy, sigo dialogando con la Vida.
Y seguiré disfrutando, descubriendo, gritando, gozando, perdiéndome y encontrándome,
llorando, riendo y siempre saludando al sol, cada mañana,
junto a vosotros, junto a vosotras,  y desde lo que soy y siento, al son de este: Eeeeegunon mundo!!

vulnerable

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *