Verme para creerme.
Y crearme.
Y moverme.
Y conmoverme.
Eeeegunon mundo!!
::::
##nineunaizenaizanik #Vida #vulnerabilidad #con-mucho-cuidado #cuidarte #laVidatodoelrato #laVidaencadainstante #vermeparacreerme #vermeparamoverme
Verme para creerme, y crearme
Si no te ves, no te crees. Y si no te crees, no te mueves.
Hemos crecido con la idea de que para estar en el mundo hay que cumplir expectativas. Que hay maneras correctas de ser, de mostrarse, de encajar. Que la Vida se trata de hacer lo que se espera, no lo que realmente nos vibra.
Aprendí a ser prudente, a no hacer demasiado ruido, a medir cada paso.
Durante mucho tiempo esperé la validación, el permiso, la oportunidad justa. Y de alguna manera tenía la tendencia a pensar que siempre hay alguien mejor, más preparada, más adecuada.
Y así, sin darme cuenta, me fui ocultando.
Durante demasiado tiempo aprendí a moverme sin molestar.A callar cuando en realidad quería decir algo que era importante para mi. Y me hacía pequeña cuando lo que necesitaba era ocupar mi espacio.
Pero a base de Vida a borbotones, mucho camino andado y una tonelada de trabajo personal (en la que sigo inmersa) he descubierto algo muy sencillo pero que a mi me ha costado un mundo: nadie me va a dar permiso para estar, decir quien Soy. El permiso es mío. Siempre lo ha sido.
El día en que volví a verme
Ser vista nunca fue fácil para mí. No lo fue de niña, y no lo ha sido hasta hace apenas unos años.
Cuando era pequeña, en la ikastola, fui una niña sensible, de las que escribían poesía y hacían dibujos, de las que observaban más de lo que hablaban. Y eso, en un entorno donde ser diferente es motivo de juicio y de rechazo. Descubrí muy pronto que mostrarme tal cual era, tenía consecuencias. Ser sensible era ser vulnerable. Y ser vulnerable significaba exponerse.
Así que aprendí lo que muchas aprendemos demasiado pronto: a protegerme, a encogerme, a adaptarme para no incomodar, a esconder partes de mí para encajar.
Dejé de escribir poesía. Dejé de dibujar. Dejé de mostrarme como era. Y empecé a esconderme detrás de la palabra escrita, detrás de la lógica, detrás de la racionalidad. Y detrás del “todo está bien”.
Pero la esencia no se apaga, solo espera el momento de salir.
El 26 de enero de 2011 es una fecha que no olvidaré jamás. Era mi cumpleaños. Y sí, soy una entusiasta de mi cumpleaños, me gusta celebrarlo, compartirlo, sentirme cerca de la gente que quiero. En aquella época trabajaba en el ámbito de la cooperación internacional y aquel año me encontraba en Piura, al noroeste del Perú, inmersa en un proyecto complejo. El día pasó entre reuniones largas, conversaciones intensas y estrategias sobre la mesa. Y, de pronto, ya era de noche.
Me di cuenta de que mi bandeja de entrada estaba llena de mensajes de cumpleaños: mi familia, mis amistades, la gente que ese día se había acordado de mí. Y con el corazón agradecido quise hacerles llegar lo mucho que les quería y celebraba mi vida junto a cada uno/a de ellos/as. Pero ya era tarde y no tenía mucho tiempo.
Así que agarré un rotulador y un papelógrafo y, sin pensarlo demasiado, “me dibujé”. Con un “Eskerrikasko! (=¡Muchas gracias!)” grande y un “Asko maite zaituztet! (=¡Os quiero!)”, saqué una foto con la cámara que tenía a mano, la subí a mi correo y la envié. Y ahí ocurrió algo inesperado: en ese dibujo, me vi.
Volví a verme. A conectarme con aquella niña sensible que, de pequeña, usaba el dibujo y la poesía para contar(se) y que, con el tiempo, había dejado de hacerlo. Por vergüenza quizás. O porque aprendí a no darle suficiente valor a esa manera de expresarme.
Ese día nació Muxote Potolo Bat (en euskera, “un besote gordote”), mi alter ego visual, mi manera de contarme, de hacerme visible con autenticidad. Desde entonces, cada día me dibujo, creando un diálogo visual con el mundo, con cada una de vosotras.
Porque cuando nos vemos, podemos colocarnos en el mapa. Y cuando nos colocamos en el mapa, podemos actuar.
Ese día entendí algo fundamental: ser la protagonista de mi propia vida no es solo ocupar un espacio, es atreverme a existir en él, a ser vista, a nombrarme, a mostrarme. Así como Soy.
Porque si no me veo, no me creo. Creo de creerme. Y creo de crear(me).
Vi a la niña que escribía y dibujaba para contarse.
Vi a la mujer que había aprendido a encogerse para no incomodar.
Vi la voz que había estado esperando que le diera espacio.
Ese día nació Muxote Potolo Bat. Mi manera de mostrarme, de nombrarme, de existir sin pedir permiso.
Hacerse visible para cambiar las reglas del juego
Hacerse ver no es fácil. No lo es para ninguna mujer en un mundo que históricamente nos ha enseñado a ocupar el menor espacio posible. Desde pequeñas aprendemos a no incomodar, a no exigir, a no destacar demasiado. Y, sin darnos cuenta, aprendemos también a callar, a ceder, a adaptarnos a las reglas de un juego que nosotras no diseñamos.
Pero ser la protagonista de nuestra propia vida no es jugar según las reglas impuestas, es cambiarlas.
Es elegir qué queremos hacer con lo que somos. Es decidir qué parte de nosotras mismas queremos mostrar y cuándo. Es darnos permiso.
Ser protagonistas de nuestra propia vida significa: No encogerme, sino expandirme. No callarme, sino nombrarme. No desaparecer, sino aparecer con todo lo que Soy.
Porque cuando me veo, me creo. Y cuando me creo, me muevo.
No digo que sea fácil. Que no sea incómodo. Para mí ha sido a ratos difícil, en muchas ocasiones ha provocado incomodidad y dificultad. E incluso rupturas (internas y externas)
Pero este viaje me ha colocado en un mejor lugar. Con respecto a mi misma.
Es por eso que te animo a que te mires. Que te creas. Que te nombres.
Que agarres el rotulador, la voz, la idea, el movimiento.
Que pongas tu trazo en el mundo y digas: Aquí estoy. Esta Soy yo.
Puedes escribirte una carta. Mirarte al espejo y decirte en voz alta quién eres. Poner tu nombre en una idea que siempre has querido hacer. Contarle a alguien lo que realmente sueñas.
Para verte. Para hacerte ver. Para que nos veamos, y juntas, movernos.
Hoy te propongo un ejercicio para verte. Para contarte. Para creerte… y desde ahí, moverte. Lo recibirás en la newsletter mensual. SI no estás suscrita todavía, puedes hacerlo aquí: : https://eepurl.com/gicVhj