Vente conmigo.
Allá donde podamos guarecernos del frío.
Donde demos esquinazo a nuestras sombras.
Allí donde no nos encuentre ni la apatía ni el desánimo. Lejos del fantasma blanco del «deber ser».
Vente conmigo, a escuchar el viento. A sentir el aliento de la esperanza.
Al lugar donde no hay que pretender nada, ni demostrar nada.
Vente conmigo…
Eeeegunon mundo!!