Sin atajos.
Espirales, giros y rectas.
Cuando el centro parece estar cerca, volverse a alejar… para poder acercarse de nuevo.
Y recorrer cada etapa del camino. Reconocerlo, meditarlo, descubrirlo.
Irlo «desatando»… poco a poco.
En cada paso del camino, está la meta que queremos alcanzar.
Por eso celebraremos cada día, disfrutaremos el presente y gritaremos: Eeeeeeeeegunon mundo!!!