Cuando la Vida me susurra, luego habla, después es un bello grito… y me invita.
Cuando mi pupila se dilata, el corazón se acelera, y respiro… novedad.
Cuando no tengo las certezas, pero me quito las perezas y…
dejo de resistirme ante la belleza de lo que está por llegar.
Y me entrego al arte de la rendición.
Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeegunon mundo!!