Ponle una chispa que resalte el sabor de cada día.
Ponle un poquito (o un muchito) de pimienta a tu Vida.
Ponle gracia, ponle alegría, ponle picardía.
Me encanta la gente «piperrika-pimenturienta»… ¡y chisporrotear junto a ellos, junto a ellas la Vida!
Eeeeegunon mundo!!!