Reivindico el derecho al pataleo.
Que viene de la familia de «estar hasta el toto».
Que rima con jaleo, mareo, zarandeo y también con cabreo.
Que precede a la aceptación.
Que le echa un pulso a la serenidad y la buena cara.
Y que necesita su espacio. Para después…marcharse.
Eeeegunon mundo!!

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