Porque me ataca el desánimo y a ratos la impaciencia.
Porque los dardos del cansancio me quieren atravesar el ánimo y las ganas.
Porque el estómago se me  llena de pellizcos y  se me contractura la esperanza.
Entonces, hoy, decido ponerme un lápiz en la comisura de la boca y sonreírle al mundo. Y regalarme una sonrisa.
Hacerme consciente de que todavía queda por delante un buen trechito para caminar y que de mi depende el tono y la mirada, el paso y la ligereza que le quiero poner al trayecto.
Que no queda de otra más que sostener el paso y el ánimo.
Transitar entre la resistencia necesaria y la rendición inevitable a lo que la Vida va trayendo.
Hoy decido que estoy hasta el toto sí. Y que lo quiero decir. Y que también quiero seguir poniendo lo mejor de mi en ésto. Engancharme a las pequeñas ilusiones, a las improvisadas alegrías.  Y evitar impregnar de este pesado filtro gris de hartazgo e impaciencia las cosas buenas y bonitas de mi Vida.
Decido que es cosa de «un poco más» de tiempo. Y que voy a estar bien, vamos a estar bien. Decido no olvidarme de Respirar (así en mayúsculas), mirar al cielo y confiar y sonreír al menos cuatro o cinco minutos cada día. Decido agradecer la maravillosa presencia de los nombres que laten en mi corazón. Que me cuidan.  Y decido también cuidarme, para cuidarnos. Y salir de este tiempo loco y exigente con las menores taras posibles. Decido que p’alante. Y que juntos. Juntas.
Decido que cada día: Eeeegunon mundo!!

#crónicasdelcoronavirus #nineunaizenaizanik #hastaeltoto #palante

4 respuestas

  1. Me encantan como escriben ! Como se inspiran para decir palabras bonitas además bellos dibujos siempre y colores .
    Los sigo muxote jajaj

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