con los brazos abiertos de par en par

Pedirlo. Porque lo necesitas. Porque lo extrañas. Porque en ese abrazo silencioso se celebra el encuentro. Porque da calor. Porque concede, y cuida, y mima y nutre. Porque te reconoce desde el corazón que nunca deja de latir. Porque te lo mereces. Ofrecerlo. Generoso. Sin conocer la respuesta. Porque aunque quizás sólo encuentres ausencia tú te dispones y abres los brazos a quien está frente a ti. Y eso al fin y al cabo, es abrazar la Vida, sin condiciones… Y porque se lo merece. Que hoy abramos los brazos de par en par y pidamos (yo quiero unoooo… ¡cada dos horas!) y ofrezcamos abrazotes a tutiplé (este que os va con todo mi cariño y mi corazón locochón)… Abrazando el día… eeeeegunon mundo!!!

tequila&pacharán

México&Euskadi. Conversas largas & risas de kilómetro.  Aventuras interoceánicas… Abrazotes apapachados y muxotes potolos con muuuuucho sabor!!! Arriba, arriba, arriba… aaaaandele!!!

abrazos de primavera

¡Pero cuaaaanta luz, explosión de colores, cervecitas con amigos, paseitos por Olabeaga …! ¡Es tiempo de largos y bonitos abrazos de primavera! ¡A practicar el Slow Hug Movement! Ieeeeeup!

Abraz-arte

Ganas de achuchar. De que me apapachen. De dar «abrazos-remolino» ¡y volaaaaar alto! En cada encuentro, con cada persona, un abrazote apachurrado, una sonrisa abierta y un muxote potolo bat gigante! [flagallery gid=3 name=»Gallery»]

Los abrazos de los pendientes perdidos

Ilustración "tesoro en el fondo del mar" by mpb

Supongo que será la efusividad. Las ganas de quedarse en el otro. La cuestión es que este verano he perdido dos pendientes en la práctica del Slow Hug Movement. Dos pendientes. De dos juegos distintos. De tamaños considerables (quienes me conocéis sabéis de mis gustos big-size). Que me encantaban. ¡Me gustaron más los abrazos dados!

La vuelta (y txiribuelta) al cole

Ilustración "vuelta al cole" by mpb

Si fuéramos anotando en una hoja todas las cosas que vamos aprendiendo cada día, llenaríamos cuadernos enteros de pequeñas grandes sabidurías. ¡¡Así que mochilita a la espalda, saquemos punta a los lápices y despejémonos la frente!! Aprender que uno más uno muchas veces suman tres (o cinco). Que sumar esfuerzos multiplica los cambios. Y que si lo dividimos por cuatro será difícil volver a componerlo. Que el trozo del bocata que el amigo te ofrece sabe a gloria. Y estar siempre dispuesto a ofrecer del tuyo (entero, si hace falta) aunque nadie te lo pida. Que es una maravilla que alguien te lea un cuento; dibujando e imaginando cada escena, creando historias que pueden ser posibles. Aventurarse a la palabra. Al don de comunicar. Al arte de escuchar. Hablar sin necesidad de gritar. Y descubrir que una sonrisa amplia y sincera es el idioma más sencillo, más fácil de aprender y mundialmente compartido. Y seguramnete, el más poderoso de todos. Aprender a dar razón. Dialogar con el corazón. Aprender a pedir. Gozar compartiendo. Jugar. Divertirte. Soñar. Ser una niña que mira, observa e ilumina su mirada cada día. Cantar. Convertir en canción las fracciones más bonitas, y también las más dolorosas de la Vida. Y alimentar el alma con cada una de ellas. Pintar… Sonrisas. Y alegrías. Y flores. Y miradas sinceras. Y manos abiertas. Llorar sin que te de vergüenza. Leer. Lo que está escrito. Lo que se esconde detrás. Lo que quiso decir aquel que lo cuenta. Lo que pudo decir aquel que calló (o lo callaron). Hacerse una opinión. Saber defenderla. Apuntarse como principales asignaturas a la de la Alegría, la Esperanza … y al «metodo clarito, abreviado y comprometido (para toda una vida) de apuesta por la Justicia y la Dignidad para todas las personas». Aprender a equivocarse. Esforzarse para sacar «buena nota».  Saber suspender (y descubrir que terminarenos sabiendo mucho más…y mejor). Experimentar cada abrazo como encuentro. Saborearlo. Bailarlo lento. Dedicándole tiempo a la amistad. Y al amor. Y sacarse matrícula de honor repartiendo muxotes potolos siempre que nos salga del corazón. ¡Comienza el nuevo curso! … mmmm, definitivamente, ¡cuánto me queda por aprender!

Muxote Potolo Bat guztioi (II)

Ilustración "Ongietorri!! ¡¡Bienvenidos/as!! Welcome!! Bienvenue!!" by mpb

Apenas han pasado poco más de cuatro meses desde que me asomé por acá. Con el humilde propósito de seguir compartiendo con mi gente el respirar de la Vida. Con dibujos, palabras y algunas tazas de café. Y poquito a poco, esta incipiente andadura, se ha ido convirtiendo en un privilegiado espacio donde los colores, los abrazos y sobre todo muchos corazones nos vamos encontrando. Es por eso, que hemos querido remodelar el txokito de Muxote Potolo Bat. Para que quepamos todos y todas un poquito más holgaditos. Para repanchingarnos en el sofá. Para que cada quien se sirva lo que necesite en cada momento. Un  café bien cargadito para recuperar las fuerzas. Un tesito digestivo para los empachos del alma. Una cervecita para refrescar los ánimos ¡y brindar por la amistad! Y seguir conversando, platicando y compartiendo. Pintaros una sonrisa. Inundar de colores nuestro entorno. Seguir cantando a las cosas bonitas y entonar los acordes para reivindicar (a muchas voces)esos  otros mundos posibles. Para darnos abrazos apachurrados (lentos y sabrosos). ¡Y para seguir estampándoos sonoros muxotes potolos cada vez que los necesitéis! ¡¡Muchísimas gracias, eskerrikaskooooo, por pasaros por acá y dar sentido a esta loca aventura!!

Abrazar dualidades, mantener equilibrios

Ilustración "Sol y Luna" by mpb

Creo en otro mundo posible. Quizás sean otros mundos posibles. Donde nos encontremos, nos reconozcamos todos y todas y por qué no ¡nos celebremos! No dejar  las cosas al azar (porque éste de por sí ya te encontrará). Cada día pongo un poquito de mí en una organización , ALBOAN, que trabaja por la justicia, por la transformación social. Que quiere cambiar las cosas, contribuir a una ciudadanía comprometida y responsable. Me  gusta ser parte de este camino de muchos, con vocación de ser camino de todos/as (y para todos/as). Me acabo de pintar las uñas de los pies a cinco colores. Fui de las que se enganchó a Lost (y me gustó su final). Me encantan las canciones latinas desgarradas, salseras, románticas y algunas un poco horteras. En algún momento de mi  vida fui seguidora de la telenovela de Televisa de la ocho de la noche. Entre mis colores favoritos está el rosa. Reivindico (y practico) el poder de los afectos, las mágicas bondades de los abrazos apachurrados (diarios), y los efectos terapéuticos y “gustirrinianos” de los muxote potolos. Me (re)conozco. Compruebo que aquellos “yo nunca” o “yo siempre” no son absolutos. Y de repente te sorprendes, te abres a posibilidades que nunca antes imaginaste. Asumiendo riesgos. Haciéndote más vulnerable. En ocasiones dejando de “tener el control” (eso para una que su cuarto apellido es Segurola es bastante terapia de choque).  Dándote permisos. Sintiéndote más libre que «a los dieciocho». Camino de ida y vuelta entre el deber ser y el querer ser (con las paradas necesarias en el lo que puedo ser).  Permitirse, exigirse, pedirse, darse, aceptarse, reinventarse, mimarse, reirse de una misma. Querer sin filtros, «sin esclusas ni excusas«. Quererse y dejarse querer. Intentar no perder el equlibrio. Y como decía Mahatma Gandhi:  viviendo como si fueras a morir mañana, aprendiendo como si fueras a vivir siempre.

Hiru (23.07)

Ilustración "txantxangorria" by mpb

… acudió fielmente cada uno de los diez amaneceres de aquel soleado julio. Hace (ya) tres años. Con un canto alegre, que entraba por la ventana de ese hospital, a las faldas del monte Uzturre. Posado sobre aquel ciruelo iluminado por el sol, canturreaba alegre. Cada mañana nos anunciaba el inicio de un largo día. El aita llegaba el primero. La izeba subía con los periódicos. Yo me tomaba un café (o dos… o tres). Y como gárgolas, nos instalábamos alrededor de su cama. Conversábamos largo. Llegaba Lucía. Pegábamos los dibujos que le hacían Ricardo y Sara (hoy enmarcados en la cocina del aita). Seguíamos conversando. Iñigo y Mercedes siempre pendientes de todo. Refrescábamos su cara. Hablábamos mucho. La inundábamos a muxotes potolos. Nos acompañaba ella. Nosotros íbamos diciendo adiós (o gero arte). Como podíamos. Durante diez mañanas, aquel pequeño pajarito de chalequito rojo cantó para ella. Tampoco faltó ese día. En el que el silencio lo inundó todo. Cuando tomé su mano. Y el txantxangorri cantó. (…) Me dicen que nunca dejaré de echarte de menos, de extrañarte, de quererte, de necesitarte. Que seguiré emocionándome cada vez que pienso en ti. Y yo seguiré agradeciendo cada uno de los días que me regalaste y me hiciste siempre mejor. Amatxo, maite zaitut!